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miércoles, 14 de febrero de 2018

Parroquia San Miguel

Durante muchos ańos la Iglesia de Los Ángeles fue la parroquia San Miguel, la gente de entonces la llamaba La Catedral. Se levantó en el siglo pasado, pero no se sabe en que ańo se inició la construcción, reemplazando a la que destruyó el terremoto del ańo. 

Viajeros que pasaron por Los Ángeles en las décadas de 1840 y 1850 seńalan que sobre los cimientos de la antigua construcción se levantaba un galpón con techo de paja que oficiaba de parroquia (Aquinas Rieed, Cesar Maass). Por lo tanto se sospecha que su construcción se inició en la década de 1860. 

El edificio estaba ubicado al oriente de la Plaza de Armas, en calle Colon esquina Lautaro, donde hoy se encuentra el Banco de Chile. Las líneas del templo evocaban el estilo de las antiguas iglesias con basamentos de piedras, gruesas paredes de adobes, techumbre de dos aguas con cubierta de tejas. La magnificencia de la construcción se la daba la torre campanario terminada en punta y con un gallo parado en el extremo final de la danza que remataba la techumbre de la torre. La torre se levantaba en la parte anterior central de la parroquia. La torre se elevaba dos pisos sobre el techo de las naves y estaba protegida por un techo metálico y no de tejas, y provista de cuatro miradores. 

El frontis de la iglesia, en su centro, se levantaba la torre que daba frente a la plaza. La entrada principal quedaba por calle Colon frente a la Plaza, en cuyo frontis habían tres puertas de dos hojas, en relación con las tres naves de la iglesia, de las que estaban separadas por unas mamparas envidriadas. 

En la década de 1920, la parroquia San Miguel era uno de los edificios más antiguos de la ciudad y se mantenía en buen estado de conservación, situación que perduró hasta 1939, ańo del terremoto que afectó seriamente a los edificios públicos de Los Angeles y dańó en forma considerable gran parte de las casas de habitación de la ciudad. Después de ello, la parroquia fue remodelada y posteriormente en el terremoto de 1960, su demolición no pudo postergarse. 

La fotografía muestra el frontis y el flanco lateral norte de La Parroquia, como también parte del entorno, fue tomada desde lo alto del Liceo de Hombres, con antelación a la construcción del internado. Los techos en primer plano corresponden a un edificio de un piso que alojaba a la antigua municipalidad de Los Angeles y en la esquina de la calle Colon con Lautaro se mantuvo en pie hasta el ańo 1934, fecha en que se demolió y allí se construyó la Caja Nacional de Ahorro y en el sitio de la municipalidad el internado del Liceo de Hombres que se entregó en marzo de 1939. En segundo plano, se aprecian las líneas de la Intendencia, la calle Lautaro hacia el oriente y en la esquina de la Parroquia la botica de Orlando Lagos (veterano del 79). 





Parroquia Nuestra Seńora del Perpetuo Socorro

Una iglesia patrimonial. La Parroquia Nuestra Seńora del Perpetuo Socorro, administrada por sacerdotes de la congregación Pequeńa Obra de la Divina Providencia, es uno de los templos más antiguos construidos en Los Ángeles e integra un listado de edificios patrimoniales considerados en el plano regulador de la ciudad. 

No es para menos, porque esta hermosa parroquia- declarada como tal en 1961, ya que nació como convento y santuario - tiene 106 ańos de vida. Su construcción fue iniciada por el padre domínico José María Ovalle en 1890 e inaugurada en 1895, junto con el convento adyacente, en el costado norponiente de la calles Colón con Orompello, extendiéndose por una cuadra casi completa. 

De 1905 a 1950, ambos recintos estuvieron a cargo de los padres redentoristas y en 1951 se hicieron cargo los primeros sacerdotes orionistas que en esa fecha llegaron a Los Angeles. Pertenecían a la congregación Pequeńa Obra de la Divina Providencia, fundada por el sacerdote italiano don Luis Orione. 

Ejemplo viviente de una arquitectura románica clásica, especialmente sus tres altares, la parroquia vivió el paso del tiempo y debió ser restaurada en la década del 80 sin que perdiera su carácter solemne de templo patrimonial. 

Aparte de sus tres altares, lámparas de fierro forjado y múltiples detalles de la estética románica, esta parroquia tiene dos hermosos patios interiores con cultivados jardines a cuyos costados se ubican las salas destinadas a las catequesis, los dos velatorios y lustrosos corredores de acceso. El primero de estos patios comunica también con la capilla donde se celebran las misas diarias de lunes a viernes y con el salón parroquial, centro de sus actividades con la comunidad. 

Esta iglesia, que se llamó en un principio Santuario de Fátima, pasó a llamarse Nuestra Seńora del Perpetuo Socorro porque hacia 1918 en ella se erigió un altar en honor a esta Virgen, en torno a la cual se formó una comunidad parroquial de gran entusiasmo y laboriosidad que se mantiene hasta nuestros días. 










Catedral de Los Angeles

Cuando el Papa Juan XXIII creó la Diócesis de Santa María de Los Ángeles, el 17 de diciembre de 1959, ésta se desmembró de las diócesis de Concepción y Temuco e instaló la sede episcopal en la parroquia de San Miguel, que había sido construida en 1831 en la esquina de Colón con Lautaro, donde ahora se ubica el Banco Chile. 

Desde ese momento, la parroquia de San Miguel comenzó a ser nombrada como "Catedral de Los Ángeles". No duró mucho, porque el terremoto de 1960 destruyó la antigua construcción y, de paso, los templos de San Francisco en Los Ángeles, y los de Nacimiento, Mulchén y Santa Bárbara. 

La Catedral de Los Ángeles quedó en ruinas y hubo que pensar en la reconstrucción. Luego de intensas negociaciones, la Iglesia cedió al Banco Chile la esquina de Colón con Lautaro y recibió del mismo Banco, el terreno situado la esquina de Valdivia con Lautaro, donde había estado el Liceo Comercial, famoso por tener un naranjo en el medio de su patio, y donde se encuentra la actual Catedral de Los Ángeles.

Julio Alvarez, diácono del Obispado, contó que la actual Catedral se edificó entre 1970 y 1972. Pero no está terminada: todavía falta construir la torre del campanario. Antiguamente, esa cuadra frente a la Plaza de Armas cobijó residencias y después, al costado inmediato del templo, estuvo el Banco Central. Como se sabe, hoy día está allí el Banco de Crédito e Inversiones. 

Acompañada y todo por instituciones financieras, la Catedral de Los Ángeles muestra los símbolos sagrados desde su frontis. Allí se ven escenas de la Santísima Trinidad con mosaicos de colores, ángeles que suben con una cruz, que representa el dolor, y bajan luego con una estrella. Se observa también a la Virgen sujetando en sus manos protectoras un símil de este templo. 

El interior de la Catedral tiene la particularidad de no tener columnas, lo que permite una mirada amplia. La preside un enorme Cristo, pintado por Pedro Subercaseaux, que tiene a su derecha la Virgen y a su izquierda San Juan. A sus costados se observan las cuatro figuras de los evangelistas y a los pies, San Francisco y Santa Clara. 

Las Sagradas Escrituras rodean sus muros interiores y tiene, también, una figura de la Virgen del Carmen esculpida en una sola pieza con la madera de un árbol nativo.






Diócesis de Santa María de Los Angeles


A veces hay divergencia de opiniones en cuanto al nombre verdadero de la ciudad de Los Ángeles.
Unos dicen que el gobernador de la Capitanía General de Chile, don José Manso de Velasco, mandó al sargento mayor, don Pedro de Córdoba y Figueroa, que fundara una villa en este lugar con el nombre de "Los Ángeles", a secas. Esto fue el 26 de mayo de 1742. Con el tiempo algunos la han llamado "Nuestra Seńora de Los Ángeles". Otros la han designado "Santa María de Los Ángeles". Es un hecho que el nombre que más predominó en la práctica, y a través del tiempo, ha sido "Santa María de Los Ángeles".

El 20 de junio de 1959 el Papa Beato Juan XXIII, con el decreto pontificio "Ex Quo", creó en esta región del país una nueva Diócesis, desmembrándola, en cuanto a su territorio, en gran parte de la arquidiócesis de Concepción. Le puso a esta nueva Diócesis por nombre oficial: "Diócesis de Santa María de Los Ángeles.
La jurisdicción territorial actual de esta Diócesis es toda la provincia de Bio Bío, menos las parroquias, - que también son comunas-, de Yumbel y Cabrero. Estas dos comunas pertenecen a esta provincia, pero eclesiásticamente, como parroquias, corresponden a la arquidiócesis de Concepción. Luego la Diócesis de Santa María de Los Ángeles comienza en el Salto del Laja.

La Diócesis es una jurisdicción, generalmente territorial, en la Iglesia Católica, que es presidida por un Obispo, designado por el Papa. Es un honor para esta Diócesis de Santa María de Los Ángeles el hecho que fuera creada por el Beato Juan XXIII, puesto que fue la única Diócesis en Chile creada por gran Papa.
En los decretos pontificios de nombramientos de los siete Obispos que ha tenido esta Diócesis, desde su creación en 1959, - Obispos Manuel Sánchez, Luis Yáńez, Alejandro Durán, Orozimbo Fuenzalida, Adolfo Rodríguez, Miguel Caviedes y Felipe Bacarreza- aparecen como designados Obispos de la Diócesis de Santa María de Los Ángeles.

El Papa, al crear una Diócesis, le asigna también una sede episcopal, que viene siendo la capital de la Diócesis. En esta sede episcopal el Obispo ha de fijar su residencia. El Papa Juan XXIII, al crear la Diócesis de Santa María de Los Angeles, le asignó como sede episcopal al Obispo la ciudad de Los Ángeles.
Pero, en este caso, el Obispo no es sólo de la ciudad de Los Ángeles, sino también de toda la jurisdicción territorial que le corresponde, la que ya fue antes indicada.

Por eso es oficialmente Obispo de la Diócesis de Santa María de Los Ángeles, nombre que el Papa Juan XXIII le dio. Muchas veces eso sí, por razón de brevedad y por motivos prácticos, el Obispo se presenta o firma como Obispo de Los Ángeles.Diócesis de Santa María de Los Ángeles A veces hay divergencia de opiniones en cuanto al nombre verdadero de la ciudad de Los Ángeles.

Unos dicen que el gobernador de la Capitanía General de Chile, don José Manso de Velasco, mandó al sargento mayor, don Pedro de Córdoba y Figueroa, que fundara una villa en este lugar con el nombre de "Los Ángeles", a secas. Esto fue el 26 de mayo de 1742. Con el tiempo algunos la han llamado "Nuestra Seńora de Los Angeles". Otros la han designado "Santa María de Los Ángeles". Es un hecho que el nombre que más predominó en la práctica, y a través del tiempo, ha sido "Santa María de Los Ángeles".

El 20 de junio de 1959 el Papa Beato Juan XXIII, con el decreto pontificio "Ex Quo", creó en esta región del país una nueva Diócesis, desmembrándola, en cuanto a su territorio, en gran parte de la arquidiócesis de Concepción. Le puso a esta nueva Diócesis por nombre oficial: "Diócesis de Santa María de Los Ángeles.
La jurisdicción territorial actual de esta Diócesis es toda la provincia de Bío Bío, menos las parroquias, - que también son comunas-, de Yumbel y Cabrero. Estas dos comunas pertenecen a esta provincia, pero eclesiásticamente, como parroquias, corresponden a la arquidiócesis de Concepción. Luego la Diócesis de Santa María de Los Ángeles comienza en el Salto del Laja.

La Diócesis es una jurisdicción, generalmente territorial, en la Iglesia Católica, que es presidida por un Obispo, designado por el Papa. Es un honor para esta Diócesis de Santa María de Los Ángeles el hecho que fuera creada por el Beato Juan XXIII, puesto que fue la única Diócesis en Chile creada por gran Papa.

En los decretos pontificios de nombramientos de los siete Obispos que ha tenido esta Diócesis, desde su creación en 1959, - Obispos Manuel Sánchez, Luis Yáńez, Alejandro Durán, Orozimbo Fuenzalida, Adolfo Rodríguez, Miguel Caviedes y Felipe Bacarreza- aparecen como designados Obispos de la Diócesis de Santa María de Los Ángeles.

El Papa, al crear una Diócesis, le asigna también una sede episcopal, que viene siendo la capital de la Diócesis. En esta sede episcopal el Obispo ha de fijar su residencia. El Papa Juan XXIII, al crear la Diócesis de Santa María de Los Ángeles, le asignó como sede episcopal al Obispo la ciudad de Los Ángeles.

Pero, en este caso, el Obispo no es sólo de la ciudad de Los Ángeles, sino también de toda la jurisdicción territorial que le corresponde, la que ya fue antes indicada.

Por eso es oficialmente Obispo de la Diócesis de Santa María de Los Ángeles, nombre que el Papa Juan XXIII le dio. Muchas veces eso sí, por razón de brevedad y por motivos prácticos, el Obispo se presenta o firma como Obispo de Los Ángeles.

Convento San Francisco de Asis


Parroquia San Francisco de Asis En la actualidad viven en el antiguo convento de los Ángeles, de 105 ańos de antigüedad, cuatro hermanos. La fraternidad mantiene la Casa de la Pastoral Juvenil y Vocacional de capuchinos, utilidad que ha querido asignarse a las amplias instalaciones heredadas del pasado. El hermano que tiene el servicio de gestión de la fraternidad, hno. Ricardo Miranda, es a la vez encargado de la Pastoral Juvenil y Vocacional de capuchinos de Chile.
Periódicamente congrega por ello a jóvenes y aspirantes a religiosos de distantes lugares. Ellos atienden a la vez, la Parroquia San Francisco erigida desde su fundación en el templo y convento de la Orden. La que abarca un amplio sector del centro de la ciudad, más un territorio netamente rural que alcanza hasta los 25 Km de distancia de la misma.
La vida de esta fraternidad se caracteriza por la atención de la oficina de la parroquia y todos los servicios que a estas compete, como: funerales, bautizos, matrimonios, grupos de catequesis de mamás de primera comunión, algunos grupos sociales, de pastoral, la Orden franciscana Seglar, grupos de jóvenes de confirmación u otros, misas y catequesis en sus seis comunidades de campo. También confluye hacia ellos la búsqueda espiritual: confesiones, consulta, orientación... típica de algunas Iglesias del centro de las ciudades.
En sus 110 ańos en Los Ángeles, los capuchinos españoles y chilenos han dejado una huella en los espíritus de muchos hijos de la zona, bien por su testimonio de vida como por obras realizadas. Esta se refleja en el aprecio que muchos vecinos manifiestan por ellos. En especial se refiere a hermanos como el P. Bienvenido y Fidelito, el hno. Miguel de Cirauqui y otros. Por cierto, el número de la fraternidad actual y el espacio geográfico atendido por ella, se han reducido incomparablemente.
El convento dispone de un ala de edificio de dos pisos y media cuadra de largo, que se habilitó para cobijar encuentros esporádicos de varios días. Además, un templo muy grande y moderno tipo anfiteatro, y otro edificio de dos pisos con locales para reuniones por grupos y una planta de salón de actos.
Todo un costado del templo está arrendado a una escuela gratuita de modesto nivel en todas sus dependencias como en la extracción de sus alumnos; pero netamente católica y muy ligada a los religiosos. También cuenta con una huerta regular con árboles frutales y plantación de legumbres y un galpón para bodega, taller y garaje. Todo ello en el centro de la ciudad y a no más de cuatro cuadras de la plaza de armas.
Los primeros capuchinos de Chile - italianos llegados en 1848 - quedaron sin vocaciones que surgiesen del mismo pueblo chileno, ni siquiera en 40 ańos de estadía, y se redujeron radicalmente en número. Por eso, en 1889 llegaban 11 capuchinos espańoles, que se iniciaron en el país en Concepción y Los Angeles. Para esta fecha, ya no había que esperar ningún repunte de los italianos por la supresión en su país por parte del estado, de todas las órdenes religiosas. Ellos se habían centrado en Santiago y la misión de Araucanía.
Los españoles de Concepción se extendieron en 1891 a Los Ángeles. En principio ellos, al igual que sus antecesores capuchinos, tuvieron por objeto ‘la misión’, e hicieron amago de asumir Araucanía, tomando las estaciones de Boroa y Bajo Imperial (Pto. Saavedra).
En Los Ángeles quisieron crear un convento que fuese centro apostólico para los territorios Pehuenches del Alto Bio Bío y demás campos y poblados a lo largo del cauce del mismo. Lo que de hecho en parte hicieron. Aquí, los capuchinos venidos de España se ejercitarían por algún tiempo, adquiriendo experiencia para el arduo ministerio en territorio mapuche. Además, su propósito fue desde el comienzo, establecer un noviciado para futuros misioneros autóctonos del propio país.
El Noviciado de Los Ángeles no resultó por falta de postulantes y por prejuicio de los españoles, al igual que había sido de los italianos, de falta de idoneidad de los chilenos. Pero se les abría el panorama de misiones de fundos y parroquias de la zona civilizada de Chile. Precisamente, la zona central, en que avanzaba el proceso de afianzamiento del Chile independiente y en que ya se habían enraizado los colonos españoles, campesinos vascos o descendientes suyos. Sus preferencias se acentuaron pronto, identificándose con el rol de predicadores de misiones en las haciendas de la aristocracia agraria, como huéspedes de la familia patronal.
Convencidos que al menos por el momento Araucanía no era su lugar, se allanaron al típico esquema de los conventos en medio de las ciudades y de la población católica. Testimoniarían pues en Los Ángeles, la vida conventual de la época, trasplantada simplemente por lo demás, de lo que era en Europa. Allí se forjarían personalidades de religiosos como los tres arriba nombrados: hno. Miguel, Fidel y Bienvenido. Se dedican a la Orden Tercera, obras antonianas, catequesis de nińos, centro de jóvenes, cofradías, capellanías de Misa, misiones en las casas patronales de fundo, retiros y predicaciones. En 1929 el convento pasó a ser parroquia, y los antiguos frailes más conocidos cual misioneros o predicadores de paso, comenzaron a evolucionar hacia el perfil y talante más clerical y jerárquico, del clero al frente de su territorio o jurisdicción.
El ańo 1943 el convento de Los Ángeles estrenaba su nuevo imponente edificio de cuatro pisos, para estudios de teología y filosofía. Diecisiete ańos habría de funcionar allí la etapa más importante de la formación de capuchinos chilenos. Pasaron por sus aulas más de cuarenta futuros sacerdotes, de los que se ordenaban varios cada ańo: siete en 1953, hasta entrar en crisis, quedar vacío desde 1960 y deber finalmente enajenarse junto con la propiedad de más de la mitad de la manzana, hacia 1972, por inminente 'toma'. Desde entonces hasta hoy, el convento se reducirá a todo el extremo oriente de la manzana. A partir de 1965 los estudiantes en lugar de formarse en Los Angeles comenzaron a hacerlo en S. José de la Mariquina.
La fraternidad capuchina de Los Angeles está hoy ligada a la comunidad eclesial en que está inmersa y a la que sirve, compartiendo su vida, afecto, inquietudes y caminar hacia Dios.