Era tal la importancia por hacer soberanía en los cielos que incluso estuvo el propio Presidente de la República de la época, Eduardo Frei Montalva, en la inauguración del nuevo terminal. A las 10 de la mañana de ese día, el Jefe de Estado cortaba la cinta tricolor y se daba por iniciado el tráfico aéreo.
El terreno para el aeródromo fue donado por el médico angelino Alonso Acuña Rebolledo, quien - en la década del ‘60- cedió 106 hectáreas de uno de sus predios que estaba dedicado originalmente a la ganadería y lechería.
La denominación del terminal aéreo se debe a que ése era el nombre de la madre del benefactor, María Dolores Rebolledo viuda de Acuña.
Sobre ese terreno fue emplazado un recinto de 900 metros cuadrados, el cual fue inaugurado en junio de 1968, siendo considerado uno de los más modernos de la zona sur del país en su época.
Sin embargo, el devenir del aeródromo ha tenido altibajos. La primera gran limitante fue el estado de los ocho kilómetros del camino de acceso (recién en los años ’80 fue asfaltada la ruta y en los ’90 se mejoró definitivamente).
También hubo un tiempo en que el recinto fue entregado en comodato y fue usado como una discoteque (se llamaba Aeroteca 2000).
Sin embargo, los mayores inconvenientes han venido por el irregular flujo aerocomercial. Aunque en sus inicios hubo operaciones de una aerolínea, la actividad nunca ha podido consolidarse.
En los años ’90, después de la presión de autoridades y la comunidad en general, se logró la reanudación de los vuelos comerciales entre Los Angeles y el aeropuerto internacional de Santiago.
Importante fue la ampliación de la pista (tiene mil 700 metros de extensión) y la instalación del sistema de luces de aproximación, que se ejecutaron con cargo al Ministerio de Obras Públicas.
En 1994, fue Ladeco la aerolínea que comenzó sus operaciones con una disponibilidad de, su inventario, naves acordes con las características requeridas, tales como el Boeing 737-200 ADV, el BAC 111 o bien el BAE 146.
Sin embargo, al cabo de unos años, desistió de continuar con sus vuelos debido a la falta de una cantidad permanente e importante de pasajeros.
Pero pronto aparecieron otras nuevas líneas de menor tamaño que operan con jets con capacidad de hasta 15 pasajeros. Alta y Avant hicieron esfuerzos por mantener sus operaciones pero los problemas financieros y la descarnada competencia con las grandes aerolíneas, respectivamente, hicieron que ambas cesaran sus operaciones.
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