Aparentemente había sido enviado a fundir hacia la década de los ’40 pero, por alguna razón que se desconoce, permaneció en el anonimato.
El alcalde capitalino de la época, Jaime Ravinet, pidió mayores antecedentes sobre este busto para determinar una buena ubicación en Santiago. Pero, al cabo, se descubrió que esta insigne figura estaba relacionada con la zona de Los Ángeles.
Así las cosas y después de algunos contactos, el propio Ravinet remitió la figura a la comuna capital de la provincia de Biobío, la cual decidió que ornamentara el ahora no tan concurrido paseo por el sector de los Saltos del Laja. Eso ocurrió a mediado de los años ’90.
Pero ¿quién fue el Mariscal Alcázar?
Según el sitio web del Ejército (www.ejercito.cl/historia/heroes/comandantes/delalcaz.htm), este oficial nació en Tucapel (no en Concepción como se informa en algunas placas conmemorativas, incluida la del busto en cuestión). De brillante carrera militar, combatió en lado de O’Higgins en las batallas por la Independencia. De hecho, el historiador Benjamín Vicuña Mackenna, dijo: "De todos los soldados que han servido a Chile, desde la época de su emancipación (sin considerar la Guerra del Pacífico), ninguno ha sido más genuino ni más cabalmente soldado que el Brigadier Pedro Andrés del Alcázar".
El propio O’Higgins, en una de sus cartas, decía al referirse a Andrés del Alcázar: "Este oficial, además de las apreciables circunstancias que le adornan, tiene pleno conocimiento de la Frontera y un grande ascendiente sobre sus habitantes...".
Respetado y temido, fue ejemplo para los soldados del naciente Ejército chileno.
Su vida terminó valientemente en el sector de Tarpellanca, ahora conocido como Puente Perales, el 26 de septiembre de 1820, cuando cayó derrotado por las temidas montoneras de Benavides después de abandonar Los Ángeles con la población de la ciudad, buscando refugio más seguro a las atroces correrías de los últimos representantes realistas.
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