Una iglesia patrimonial. La Parroquia Nuestra Seńora del Perpetuo
Socorro, administrada por sacerdotes de la congregación Pequeńa Obra de
la Divina Providencia, es uno de los templos más antiguos construidos en
Los Ángeles e integra un listado de edificios patrimoniales
considerados en el plano regulador de la ciudad.
No es para menos, porque esta hermosa parroquia- declarada como tal en
1961, ya que nació como convento y santuario - tiene 106 ańos de vida.
Su construcción fue iniciada por el padre domínico José María Ovalle en
1890 e inaugurada en 1895, junto con el convento adyacente, en el
costado norponiente de la calles Colón con Orompello, extendiéndose por
una cuadra casi completa.
De 1905 a 1950, ambos recintos estuvieron a cargo de los padres
redentoristas y en 1951 se hicieron cargo los primeros sacerdotes
orionistas que en esa fecha llegaron a Los Angeles. Pertenecían a la
congregación Pequeńa Obra de la Divina Providencia, fundada por el
sacerdote italiano don Luis Orione.
Ejemplo viviente de una arquitectura románica clásica, especialmente sus
tres altares, la parroquia vivió el paso del tiempo y debió ser
restaurada en la década del 80 sin que perdiera su carácter solemne de
templo patrimonial.
Aparte de sus tres altares, lámparas de fierro forjado y múltiples
detalles de la estética románica, esta parroquia tiene dos hermosos
patios interiores con cultivados jardines a cuyos costados se ubican las
salas destinadas a las catequesis, los dos velatorios y lustrosos
corredores de acceso. El primero de estos patios comunica también con la
capilla donde se celebran las misas diarias de lunes a viernes y con el
salón parroquial, centro de sus actividades con la comunidad.
Esta iglesia, que se llamó en un principio Santuario de Fátima, pasó a
llamarse Nuestra Seńora del Perpetuo Socorro porque hacia 1918 en ella
se erigió un altar en honor a esta Virgen, en torno a la cual se formó
una comunidad parroquial de gran entusiasmo y laboriosidad que se
mantiene hasta nuestros días.
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